Investigar en la Universidad Pública: Voluntad y empeño para construir nuevos conocimientos

A través de la Agencia I+D+i del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Estado Nacional financia Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Orientados (PICTO). El año pasado, en una convocatoria conjunta con la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), 5 proyectos de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) resultaron seleccionados, con la particularidad de que todos ellos son dirigidos por mujeres.

A partir de esta circunstancia, desde las secretarías de Comunicación y de Ciencia y Técnica de la casa de estudios, decidimos compartir algunos detalles de estas iniciativas y que las protagonistas nos cuenten su experiencia, entendiendo que la investigación es una función esencial de la vida universitaria que, no obstante, suele enfrentar dificultades.

Sabemos, por un lado, de la falta de recursos sostenibles para que la dedicación sea exclusiva o incluso más intensiva que lo habitual; y por otro lado, existen prejuicios y estereotipos que subyacen a la tarea de investigar, restándole relevancia o tiñendo de dudas a la labor científica. Frente a esto, consideramos que sin dudas los gobiernos deben garantizar y fortalecer la inversión en ciencia y tecnología, con carácter federal. Y que mientras esto se disputa en el ámbito político, en la Universidad Pública debemos seguir alentando a nuestros estudiantes para que abracen la vocación de investigar.

Que sepan, al ingresar a nuestras aulas, que con la construcción de nuevos conocimientos, todos y todas ganamos; la sociedad gana. Que a medida que avanzan en el cursado de una carrera, ya pueden iniciarse en el camino de la investigación. Y que la Universidad Pública es la garantía de que siempre pueda haber grupos de personas investigando y buscando soluciones a problemas que afectan el desarrollo de nuestra provincia, generando nuevos conocimientos sobre diversos temas y problemas que involucran, de algún modo u otro, al conjunto.

CAPÍTULO 1: GEOTECNOLOGÍAS EN LOS HUMEDALES

Yamila Battauz es licenciada en Biología graduada en la Facultad de Ciencia y Tecnología (FCyT) de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). También es doctora en Ciencias Biológicas. Desde 2009, se desarrolla profesionalmente en la UADER, desempeñándose como personal no docente y docente, además de hacer lo que le apasiona: investigar.

El proyecto que dirige y que fue seleccionado en la convocatoria PICTO, “se gesta a partir de la necesidad que tiene la provincia de Entre Ríos en cuanto al estudio de sus humedales, ya sea para identificarlos y hacer un inventario, como para saber el estado en el que se encuentran”, dice Yamila.

“Somos un grupo interdisciplinario de reciente formación dentro de la facultad, compuesto por un becario doctoral del CONICET que se dedica a los sistemas de información geográfica y al manejo de herramientas geotecnológicas, y otros integrantes que trabajamos en química, biología y limnología".

Primera aclaración: “La limnología se encarga de estudiar los ambientes acuáticos continentales, es decir, lagos, lagunas, arroyos y ríos. Estudia aspectos químicos, físicos y biológicos”, precisa.

“El proyecto tiene como principal objetivo conocer el estado de antropización y de influencia antrópica de los humedales del sistema tributario del río Paraná, y su relación con indicadores biológicos”, comenta Yamila y llega la segunda aclaración: “La antropización se refiere a las modificaciones que va haciendo la especie humana sobre su medio, sobre el ambiente”.

Entonces, “lo que hacemos es aplicar geotecnología al estudio de niveles de antropización; estudiamos a los humedales de manera completa para predecir los diferentes grados de antropización que tienen”. En concreto, “elaboramos datos para facilitar la gestión de los cuerpos de agua, a nivel local o nacional. Dejamos una importante base de datos para futuras investigaciones”.

Cómo es investigar

“En esta facultad, la investigación se puede llevar a cabo gracias a la voluntad y el empeño de los docentes investigadores. Hay proyectos de diferentes tipos, muy positivos”, valora Yamila y agrega: "En el quehacer cotidiano, la mayoría dedicamos muchas horas a la docencia y entre medio de esas horas nos damos tiempo para investigar; tiempo particular de cada uno. Porque la falencia es que hay muy pocas dedicaciones exclusivas. No es lo ideal, pero con “las buenas intenciones y las ganas de querer avanzar, de formarnos y formar profesionales, se pueden suplir en parte las cosas que faltan”.

Desde su mirada personal, reconoce que “siempre las propuestas de investigación son bien recibidas en la FCyT; y yo siempre he tenido apoyo para llevarlas a cabo”. Y volvemos sobre lo anterior: “En la rutina diaria, el docente investigador está limitado con el dictado de clases y en poder acomodar sus tiempos para hacer salidas a campo, estudiar leyendo o hacer identificaciones en el microscopio”.

Finalmente, dice sentirse “orgullosa del lugar que tiene la mujer en la ciencia, del rol que ha adquirido últimamente”. Si bien asume que “no siento que yo haya participado de esa lucha”, destaca que “es una batalla ganada en otras generaciones y que hoy nosotras mantenemos y profundizamos”. También confiesa que “nunca en las instituciones, en mi rol como docente o investigadora, sentí la desigualdad o que no se valore mi trabajo, al contrario”. Y resalta que “el 90% de las tesinas, pasantías u otras actividades de formación que dirigí fueron de mujeres”. Claro que “los equipos heterogéneos siempre contribuyen a que haya diversidad de ideas y experiencias, y eso mejora la calidad de la investigación y promueve la innovación. La Universidad tiene que apuntar a eso, en un ambiente de trabajo agradable y en crecimiento”.